Bach


Gracias a David Fernández me asaltó el gusanillo de volver a retomar a Bach. Él la cantó para nosotros, sin su inseparable cello, simplemente tarareando, como regalo, y logró sobrecogerme el cabronazo. No dudes que te copiaré la idea de prescindir del cello.

Bach y la suite número dos en re menor. Me encanta la idea de que maravillas así puedan salir de la mente de alguien al que se le presupone gris.
No existe nada más allá de Bach.


Comentad, hostias, ¿es que no teneis sangre en las venas? ¿No escuchais esta delicia?