Re-estreno y nueva videopromo de "Mi cuñado se volvió loco"

El jueves pasado "re-estrenamos" en la Facultad de Ciencias del Trabajo de Córdoba la obra que escribí para Color Persona, bueno, concretamente para Lúa Santos, "Mi cuñado se volvió loco".

Es curioso como, en ocasiones, uno se ve haciendo teatro para sí mismo. Ni contamos con ayuda para montar y desmontar la escenografía (ojo, tampoco para que quitaran del escenario las mesas pesadísimas y una, de no menos tonelaje, tarima de madera que ocupaba la mitad del escenario y que nos impedía montar nada).
Allí nos las apañamos la propia Lúa y un servidor para hacerlo todo, solitos. Y eso que nos preguntó el jefe de equipo (¿de qué equipo?) de la facultad, semanas antes, cuando fuimos a preguntar: "bueno, ese día le echareis una mano a los conserjes, ¿verdad? Es que no tenemos mucho personal".
Y vaya si no tienen personal. Como que terminamos haciéndolo todo solos.

Y la guinda del pastel: no fué ni un solo universitario (o una sola universitaria). Todo lleno de gente ajena a la universidad que nos conoce y nos sigue. Y eso que toda esta movida estaba metida en algo que se llama "Jueves Universitarios".
¿Qué carajo les pasa a la new high class cordobesa que campa por esa facultad? ¿Ya no van a acercarse a la cultura ni aunque se la lleven a la casa? Miedo me da, de veras.

En fin, que como me gusta a mí un motivo para cabrearme más que a un rey un lápiz, pues nunca me faltan, claro.

Y tras todo esto, al menos, la actuación fue emocionante a más no poder. Al público le gustó (o eso creo) y a nosotros también, y ya es difícil unir esas dos circunstancias.
Con motivo de ese re-estreno hemos montado el DVD promocional (ahora a vender) y, como extras, ofrecemos un trailer nuevo.
Os lo dejo, a ver qué os parece.
Se vale comentar.



Noctámbulos (y III)

Esta es la tercera (y última) de las entradas relacionadas con el trabajo que Nazaret Castro y yo realizamos en Cosmopoética 2010 en el ciclo Noctámbulos.


De nuevo comienzo con el poema que respondió a la ilustración anterior y termino con la ilustración con la que Nazaret cierra la conversación.

De nuevo millones de gracias a Nazaret y mis mejores deseos para uno de los más brillantes e indiscutibles talentos de Córdoba.


Jean-Louis se quejaba
-y con razón-
de que no encontraba ya
jóvenes con las manos en los bolsillos
vagando por las calles
atentos solo a sus pensamientos
sin pose ni artificio.
Noctívagos enfundados en abrigos
con la cabeza gacha y el rostro tranquilo.

Todo es, Jean-Louis, máscara y mole.
Los abrigos son escudos de armas
y las gorras se conectan a la imagen
de alguien más famoso, mejor asesorado.
Nadie se cala el sombrero
hasta cubrir lo especular del ojo.
No caben los puños en el gabán,
enfundados como están
en guantes de boxeo.

Todo trazo en el mapa
supone una danza estudiada
que divierta, asuste o amenace
-un aquí estoy yo impenitente-
al simétrico bailarín de la otra acera.

Cada uno con sus miserias,
electrón en el abrazo molecular,
deseoso de disminuir la entropía
y acunarse en el lecho del ser muchos.

Ya he conseguido bajar
tu batallón a tres.
Las bajas no son numerosas
y puede que no causen más estrago
que el animar al lobo hasta que caiga
en el cepo.
Sin embargo
dormiré dando dentelladas
o haré como que duermo
con la intención de disolver la charla
en la triste inflexión del caminante
que, tras el viaje y lo inútil
de mostrar las fotos
se decide a beber solo
hasta que el vino
lo torne en sadhu en lugar de aparecer
como un mero vagabundo
-uno de tantos-
ante tus ojos.
 Imagen: Annymal - Muses