Se llama sangre y es mi hermana

Ya basta de llamar a las cosas con otros nombres.
¿El enemigo? Vale, aceptamos el nombre, acabas de abrir la guerra.

Por lo pronto, no voy a aceptar ni una puta vez que alguien me diga, de nuevo, "pues yo tengo un amigo/familiar que es policía/guardia civil y es buena gente".
A la mierda. Si eres "buena gente" montas una tienda o te haces churrero.
Vosotros sois unos hijos de puta y servís al poder como cerdos o perros falderos.

Hola, soy Juan Pablo y soy radical. Vamos a irnos presentando, fascistas, y ahora, ahorraos la calefacción del ayuntamiento.

Reanimación en el recién nacido


No me gusta este lugar.

Los sabios de la tierra
someten a sus mujeres bajo el trueno de la voz
y se quejan del mercado que les cierra las puertas de entrada.

Los sabios de la ley
sufren amnesia y se golpean la cabeza
fuertemente, fascistísimamente,
para que el daño sea irreparable.

Los sabios de la juventud
gritan mucho
y sin ton ni son
cuando no es necesario
y, de ser necesario, callan y se sonrojan.

Los sabios de la curación
medican los forros de sus bolsillos
tejidos de escroto.


Los sabios del verso
se reúnen para ver Eurovisión
vestidos a rayas sobre sus monturas
de plástico negro
y se descojonan de Artaud, viejo loco de otro mundo.

Los sabios del sonido
montan puestos de churros
y venden la masa cruda
y sienta mal
la comas como la comas.

No me gusta esta tierra
y el mar me asusta, me marea y me huele a paloma.