Reanimación en el recién nacido


No me gusta este lugar.

Los sabios de la tierra
someten a sus mujeres bajo el trueno de la voz
y se quejan del mercado que les cierra las puertas de entrada.

Los sabios de la ley
sufren amnesia y se golpean la cabeza
fuertemente, fascistísimamente,
para que el daño sea irreparable.

Los sabios de la juventud
gritan mucho
y sin ton ni son
cuando no es necesario
y, de ser necesario, callan y se sonrojan.

Los sabios de la curación
medican los forros de sus bolsillos
tejidos de escroto.


Los sabios del verso
se reúnen para ver Eurovisión
vestidos a rayas sobre sus monturas
de plástico negro
y se descojonan de Artaud, viejo loco de otro mundo.

Los sabios del sonido
montan puestos de churros
y venden la masa cruda
y sienta mal
la comas como la comas.

No me gusta esta tierra
y el mar me asusta, me marea y me huele a paloma.

6 comentarios:

anonimoaveces dijo...

Da gusto leer post como estos... y este no es el único que tienes (ahora sí es el momento de pedirte ese favor, jeje).

Juan Pablo Herencia dijo...

Muchas gracias, anonimoaveces.

¿A qué favor te refieres?

Roki dijo...

De nuevo, sin aliento. Como cuando se trabaja con recién nacidos a los que no hay cabida preguntarles si quieren o no formar parte de este mundo.
Te queda el aire, pero cada día tiene menos oxígeno y más tóxicos.
Tu prosa y verso me son más útiles que cualquier manifestación "legalmente" convocada.
Se te quiere, emigrante terrícola.

Juan Pablo Herencia dijo...

Muchas gracias, Roki.

Ante esta realidad que nos quita la posibilidad de ver muchas cosas agradables, puede que tengamos que centrarnos mucho en las cosas pequeñas y bellas.
Te echaré un ojo, guapa.

anonimoaveces dijo...

El favor era una pequeña broma, para quitarle valor al halago... ya que este debilita.

Juan Pablo Herencia dijo...

Menos mal, ya pensaba que tenía que ponerme a montarte muebles de Ikea o cosas así...